El subconsciente humano opera a velocidades que somos incapaces de imaginar.
Muchas veces, tomamos decisiones sin ser conscientes del por qué, y aquí es donde reside la clave del éxito como marca.
Nuestro cerebro lo procesa todo. Incluso información que no sabemos que hemos recibido. Día a día estamos sometidos a un bombardeo comercial y a una sobreestimulación que va moldeando nuestra plástica percepción de las cosas y de nuestro entorno.
Se entiende entonces la importancia que el neurobranding ha cobrado hoy día en nuestra supervivencia como marca, pues es posible crear conexiones neuronales a favor de la percepción de una marca, producto o servicio concreto.
A través del neurobranding podemos mejorar las oportunidades para que se produzca la elección de nuestra marca, partiendo siempre de un componente racional pero irracionalmente influenciando en cómo la marca es percibida en la mente de los clientes.
El neurobranding trata, por tanto, de estimular al consumidor sensorialmente, construyendo significados en su mente subconsciente, generando una tendencia de preferencia respecto de otras marcas.
El neurobranding se define como el proceso por el cual se vincula la percepción del consumidor con los estímulos que una marca genera en sus productos y servicios.
Esta vinculación tiene como objetivo que el consumidor sienta el valor añadido que la marca ofrece para acabar con su indecisión, ganar su confianza, cumplir sus expectativas y acabar siendo fidelizado, generando mayores ventas.
El aroma es una potente estrategia de neurobranding que usan las marcas para estimular el sentido del olfato y persuadir al consumidor.
¿Alguna vez te has preguntado a qué huele tu marca?
El olfato tiene una poderosísima memoria, que puede ayudar a tu marca a vender más.
¿Te gustaría que tu marca dejase un recuerdo positivo en la mente de tu consumidor?
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